jueves, 14 de agosto de 2014

Putefracción barnizada



Meditación del Papa Francisco 

Donde está el engaño, no está el Espíritu de Dios. Esta es la diferencia entre pecador y corrupto. Quien lleva una doble vida es un corrupto. Distinto es quien peca y quisiera no pecar, pero es débil y va al Señor y le pide perdón: ¡a este el Señor le quiere mucho! Lo acompaña, está con él. [...] Una putrefacción barnizada: esta es la vida del corrupto. Y Jesús, sencillamente, no llamaba "pecadores" a estos, sino "hipócritas". 
Y qué bello lo otro ¿no? Si peca contra ti siete veces y las siete veces te dice: "Me he arrepentido, soy un pecador", tú le perdonarás. Es lo que Él hace con los pecadores. Él no se cansa de perdonar, solo con la condición de no querer llevar esta doble vida, de ir hacia Él arrepentidos: "¡Perdóname, Señor, soy un pecador!". Pero sigue adelante, sigue adelante: yo lo sé. Pidamos hoy la gracia al Espíritu Santo que huye de todo engaño, pidamos la gracia de reconocernos pecadores: somos pecadores. Pecadores, sí. Corruptos, no.(Cf S.S. Francisco, 11 de noviembre de 2013, homilía en la capilla de Santa Marta)

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