jueves, 7 de agosto de 2014

Nueva Alianza



La primera lectura del día de hoy está tomada del capítulo 31 del profeta Jeremías, yo creo que este año le hemos dado mas atención al profeta Jeremías; y estoy felíz con ello porque hay tantas cosas de Jeremías que anticipan el sacrificio de Cristo, pero que sobre todo que anticipan el amor redentor, el amor compasivo de Dios.

De hecho, toda esa fuerza de las denuncias de Jeremías, es finalmente fuerza para proclamar que sólo Dios merece “Honor y Gloria”, y sobre todo es fuerza para confiar en la salvación que sólo Él puede regalarnos.

Yo creo que se puede decir, que cuanto mas profunda y clara es la denuncia del pecado, es más profunda y clara es la raíz de la esperanza en nuestra vida; porque allí donde no se reconoce el pecado. Estamos en la condición del que está enfermo, pero ¡No sabe que está enfermo! Y resulta que está consumiendo sus últimos recursos. Imaginémonos –Dios nos libre- lo que sucede con aquella persona que tiene un cáncer, y ese cáncer ya está consumiendo su cuerpo y de hecho y el organismo está en proceso de declive pero como todavía le quedan algunas fuerzas, pues nos e nota lo mal que está.

Esa es la condición de muchos cristianos, el cáncer del pecado ha entrado profundamente en sus vidas, pero como no lo reconocen pues tampoco saben a dónde van. Yo creo que un ejemplo sencillo es el de aquella persona que cree que puede jugar con el amor; pues entonces tener una pareja es jugar con alguien y después de que se vaya ese pues jugar con otro o con otra y después con otro o con otra.

La persona que razona asi, la persona que obra así, esta destruyendo su capacidad afectiva, solo está dejando una estela de desastre, de decepción, de ira y de venganza en otras personas, sino que su propio corazón, está terriblemente empobrecido, y ese corazón empobrecido, ese corazón que tiene ese cáncer espiritual, ya se está muriendo, pero la persona no se da cuenta.

En la medida en que se denuncia el pecado, en la medida en que caemoz en la cuenta que no fuimos hechos para el pecado, y en la medida que nos demos cuenta que el pecado simplemente viene a destruir que somos lo que tenemos, entonces es posible hablar de una esperanza. Podemos decir que uno pasa po un momento bajo, y ese momento bajo, ese momento triste es el momento de la denuncia, es el momento en el que Dios muestra “Mira lo que estas haciendo, mira lo que es tu vida, mira lo que has hecho”. Pero de ese momento bajo nos levantamos en esperanza, de ese momento bajo nos levantamos en jubilo, pero ya no es jubilo por lo mucho que nosotros somos, sino por lo mucho que Él nos ha amado, y ese nuevo comienzo es el que anuncia Jeremías, bajo un término absolutamente vigoroso, una nueva alianza.

Es que el pueblo de Israel nació en una Alianza, cuando se habla de una Nueva Alianza, se esta hablando de un nuevo nacimiento. Lo que está diciendo Jeremías es de una fuerza increíble, es posible empezar de nuevo, es posible un nuevo comienzo y Dios quiere hacerlo y lo va ha hacer.

Esa Alianza Nueva y eterna es lo que ha sucedido, es la que se ha celebrado en la carne y la sangre de Cristo, y eso es lo que significa ser cristiano, todo esto que vió Jeremías y todo esto que anuncio Jeremías, eso es lo que nosotros somos como cristianos, esa es la esperanza y gozo que tenemos que anunciar también al mundo.@fraynelson

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