lunes, 20 de octubre de 2014

Obras fruto de la salvación

Título: Las obras no son nuestra salvacion


Vamos a reflexionar, con la ayuda que Dios nos dé, en la Primera Lectura que nos presenta la liturgia de este día.
Durante estos días estaremos contemplando las enseñanzas, las luces que Dios nos da por el Apóstol San Pablo en su Carta a los Efesios. Y esta Carta, como tal vez hemos comentado otras veces, es muy importante por que representa como un momento de síntesis, podríamos decir.
Si en la Carta a los Colosenses San Pablo nos ofrece una especie de panorama, de síntesis cristológica, en la Carta a los Efesios está la dimensión cosmológica y la dimensión eclesiológica, podríamos decir, la resonancia del gran misterio de Jesucristo en la historia humana y particularmente en la constitución del Pueblo de Dios.
Un pueblo que como dice San Pablo, ha sido constituido de los herederos de la promesa, es decir, de los herederos de la Alianza en el judaísmo, pero también ha sido constituido por un llamado misericordioso de Dios hacia nosotros, los que no pertenecíamos según la carne y la sangre a la herencia de Abraham.
Entonces estas dos Cartas, la Carta a los Colosenses y la Carta a los Efesios nos ofrecen un momento de madurez teológica en San Pablo, y por eso van a aparecer a lo largo de las lecturas de estos días, van a aparecer una serie de expresiones a las que ya estábamos acostumbrados por otros textos de San Pablo, por ejemplo, en Corintios, o por ejemplo, en Gálatas o en Romanos.

En particular, en la lectura del día de hoy, nos recalca San Pablo esa salvación por la gracia.
En la carta a los Gálatas, Pablo había subrayado vigorosamente, casi agresivamente que nosotros somos salvos por la gracia. No viene la salvación por la práctica de la Ley de Moisés, somos salvados por un regalo de Dios y eso es lo que nos presenta la Carta a los Efesios.
Por ejemplo, hacia el final de la lectura de hoy: "Habéis sido salvados por la gracia mediante la fe" Carta a los Efesios 2,8. Esa es en cierto modo la síntesis de la Carta a los Gálatas.
Pero hay una cosa muy interesante y que tiene que ver con el diálogo con los cristianos no católicos, es decir con los evangélicos o los protestantes en general. Ellos utilizan mucho las expresiones de San Pablo para decir que la fe no necesita de las obras y que más bien las obras son como una especie de contaminación de la fe.
La crítica que hacen los protestantes es más o menos esta: que nosotros cuando practicamos devociones, o cuando rezamos el Vía Crucis, o cuando nos vamos a confesar y recibimos una penitencia, para ellos, todas esas son obras con las que supuestamente nosotros estaríamos comprando la salvación.
Y ellos dicen que eso va en contra de la Biblia porque la Biblia dice que se trata de fe sin obras y ellos miran en la confesión, miran en las devociones, miran en los rezos, miran como obras con las que nosotros estaríamos tratando de comprar la salvación, y dicen: "¡No, señor, la salvación viene solamente por la fe!"
Hay que tener en cuenta que esta expresión que repiten con tanta insistencia los protestantes, pues viene de la misma experiencia del Apóstol San Pablo, por que ahí lo está diciendo. La salvación, dice aquí: “Habéis sido salvados por la gracia mediante la fe” Carta a los Efesios 2,8, y esto no viene de nosotros sino que es un don de Dios.
Y viene también de la experiencia que tiene Martín Lutero. Lutero fue un hombre obsesionado con el problema de la salvación: cómo salvarse, cómo llegar a la salvación, cómo asegurar la salvación.
Y en esa angustia él buscó hacerse religioso por asegurar la salvación, practicar ayunos por asegurar la salvación, hacer las oraciones propias de su estado de vida por asegurar la salvación.
Y llego a la conclusión de que nada de eso aseguraba la salvación y por eso Lutero descubrió la fe, y descubrió que sólo mediante la fe podemos ser salvos, y eso nadie se lo va a discutir.
Pero significa eso que son justas las críticas del protestantismo al catolicismo? Son justas las críticas cuando nos dicen que estamos tratando de comprar la salvación cuando vamos a confesarnos, cuando ayunamos o cuando hacemos obras de misericordia?
El texto mismo que acabamos de oír nos ayuda a encontrar el verdadero pensamiento de San Pablo. Dice aquí: "Habéis sido salvados por la gracia; esto no viene de nosotros, tampoco viene de las obras para que nadie se gloríe" Carta a los Efesios 2,8-9.
Hasta ahí estamos de acuerdo con los protestantes, pero, atención al último versículo que escuchábamos hoy: “Hechura suya somos, creados en Cristo Jesús" Carta a los Efesios 2,10.
Y viene: "En orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos" Carta a los Efesios 2,10.
¿Eso qué significa? Que las obras no son una manera de comprar la salvación, pero las buenas obras sí son el fruto de la salvación. De manera que si yo voy a ayunar para comprar la salvación, para ver si Dios me salva, estoy negando la Biblia.
Las obras no son para comprar, para negociar nuestra salvación. La salvación nuestra ya fue ganada por el sacrificio de Cristo, por el amor de Cristo en la Cruz, por su santísima Sangre ya somos salvos y eso tiene que quedar claro.
Pero eso no significa que las obras no tengan ningún lugar. El mismo Pablo nos aclara: "Somos creados en Cristo Jesús en orden a las buenas obras que Dios determinó que practicáramos" Carta a los Efesios 2,10.
De manera que una vida coherente con la fe, es una señal de salvación. No son obras para adquirir la salvación sino son obras como fruto de la salvación y como señal de salvación, señal de que somos salvos.
Hacer cosas para que Dios nos salve, no; pero una vez que recibimos la salvación de Dios, nuestras obras deben responder a esa salvación, y si nuestras obras y nuestra vida no se corresponde con la salvación que hemos recibido de Dios, estamos también negando la Biblia, porque la Biblia habla de que hemos sido creados en Cristo Jesús en orden a las buenas obras que Dios determinó que practicáramos.
De manera que démosle gracias al Señor, démosle gracias porque su salvación es un regalo, démosle gracias por que su salvación es gratuita. Pero pensemos también, ¡sí, la salvación de Dios es gratuita, pero esa salvación quiere ser eficaz en nosotros, quiere cambiar nuestra manera de sentir, de hablar, de mirar, de pensar, quiere que de esa fuente divina broten buenas obras.
Dios ha determinado, nos dice Pablo hoy, Dios ha determinado que practiquemos buenas obras, no para comprar la salvación sino como fruto de la salvación.
El Señor sea nuestra alegría y Él perfeccione su obra en nosotros.
Amén.@fraynelson

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