miércoles, 11 de marzo de 2015

No obremos como esclavos de la ley


Título: La libertad de la Ley es querer en el corazon lo que Cristo quiere


El tema de las lecturas de hoy es La ley, los mandatos de Dios.
Tal vez la palabra "ley" no suena demasiado simpática a nuestros oídos; estar sometidos a la ley parece como una especie de esclavitud incluso en algunos escritos de la Biblia.
Por ejemplo, San Pablo nos dice que: "Dios nos liberó de la esclavitud de la ley" Carta a los Gálatas 5,1, pero el hecho de que la ley pueda volverse una esclavitud, no significa que tenga que volverse una esclavitud.
Eso hay que tenerlo muy claro. Sí, la ley se vuelve una esclavitud para aquellas personas que quisieran obrar en contra de la ley, pero que por miedo a la ley no lo hacen. Esas personas obran como esclavas. Somos esclavos de la ley cuando el corazón tiende a la desobediencia, y las obras son obedientes, pero por temor.
Cristo muestra, en el texto del evangelio que oímos, que en su mensaje no es derrocar la Ley de Moisés, no es destruir la Ley de Moisés, Cristo dice: "Se trata de dar plenitud a la Ley de Moisés" San Mateo 5,17, y la plenitud consiste en que no nos quedemos haciendo lo que Dios quiere, sino que primero queramos lo que Dios quiere.
Si nuestras obras son como Dios manda, pero nuestro corazón está lejos del corazón de Dios, entonces estamos obrando como esclavos; quisiéramos hacer otras cosas, pero el miedo a la represalia, el miedo al castigo, o la búsqueda de una cierta conveniencia nos conducen a hacer esas cosas.
La verdadera libertad está en seguir la Ley de Dios, pero no por temor, sino por que nuestro corazón ha aprendido a sentir, a amar en la mima dirección del corazón de Dios.
Esta es la libertad, este es el verdadero comienzo de la libertad cristiana. San Pablo nos dirá en la Carta a los Gálatas: "Para ser libres, nos libertó Jesucristo" Carta a los Gálatas 5,1.
Nosotros tenemos una promesa, un anuncio de libertad. Y el Apóstol Santiago nos dice en su Carta: "El que se concentra en el estudio de la Ley perfecta, la que hace libre" Santiago 1,25. O sea, que no opongamos Ley y libertad, o como dice el escudo de la República de Colombia, no opongamos libertad y orden.
Hay una libertad en el orden, hay una libertad en la ley, y esa libertad empieza cuando yo quiero lo que quiere Dios.@fraynelson

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